Pirámide del aprendizaje

Dar clase me trae muchas satisfacciones, poder compartir con los demás aquello que se, y motivarme para continuar formándome y aprendiendo de mis alumnos es muy gratificante, después la vida me da regalos como ver que no solo aprenden de mi, sino que mejorar lo que les doy.
Como con esta idea genial, que tuvieron unos de mis alumnos para transformar este artículo en una pirámide que muestra cómo debemos ir subiendo peldaños para poder aprender y pasar al siguiente.

¡Prometí compartir en mi blog, su esfuerzo y aquí está!


¿Cómo aprenden los niños?

Legitimando el error

Llevaba tiempo pensando en escribir sobre esto, pero dar clase ademas de atender el despacho me consumía demasiado tiempo, así que ahora que llega el verano y cuento con más tiempo libre trataré de poner al día el blog y seguir aportando contenidos con mayor asiduidad.

Para empezar, os dejo lo último que he escrito para Siquia, con la intención de reflexionar sobre las exigencias sociales que nos impone la sociedad, en búsqueda del éxito.Legitimando el error


También esto pasará…

También esto pasará…
Un libro que me ha acompañado durante las vacaciones, uno de los que llegan a tus manos para agradecer tu trabajo, que recibes sorprendida y muy agradecida, y después de compartir con él, sonrisas, lágrimas y alguna que otra carcajada lo estoy aún más.
Con el me doy cuenta que esta es una de las frases de autoconsuelo que intentó aplicarme a mí misma y que descubro siempre, tristemente como la protagonista del libro, que no es cierto, que hay dolores que se apaciguan, pero no se van, pasan a ser una sombra que te acompaña en silencio, que incluso es capaz de esconderse muy cortésmente para dejarte disfrutar de lo que la vida te presenta, pero que sigue ahí, a tu lado, en silencio, observando, cómo quien te reta para ver el tiempo que eres capaz de mantener el tipo y vivir como si no existiese, como si nunca te hubieses fundido con el, como si más que un traje fuese parte de tu piel, y es que hay penas que son y serán siempre un compañero de viaje incomodo, un traje que hace tiempo que no quieres usar, incluso que ya no te sienta ni bien, pero que te hicieron a medida y lo sabe, así que siempre lo tendrás en tu fondo de armario, recordándote el día en el que te lo pusisteis por primera vez, como tantos otros vestidos que marcan momentos alegres, pero que se dejan guardar en el armario de la habitación de invitados sin rechistar.
Aún así, mi mente sigue diciéndome, como una amigo de los que me conocen mucho y me quieren más… «tranquila Lore, también esto pasará…» Pero un pensamiento, sólo es un pensamiento… Que me acompaña, pero no decide, que puede vestirme de fiesta, pero soy yo quien decide si baila!